Se aprende historia para conocer el pasado y entender el entorno actual; reconocer que todo hecho trae y conlleva a ciertas repercusiones políticas, sociales, culturales e ideológicas. Comprendiendo la historia, se logra una conciencia crítica del entorno, se fortalece la identidad y se contribuye a mejorar el futuro.
Es mas viable, comprender la historia, partiendo del entorno inmediato, por ello el método inductivo, resulta el mas eficaz, propiciando un ambiente analítico y reflexivo.
Al enseñar historia, se adoptan patrones de enseñanza usados por algunos de los maestros que en su momento te impartieron clases, aunque agregando algunas estrategias aprendidas, adquiridas y/o compartidas por colegas, buscando la motivación en los alumnos con clases amenas, menos aburridas y tediosas, involucrandolos en experiencias que les permitan ser no solo receptores, sino analistas y trasmisores de sucesos históricos. Desgraciadamente, a veces por el tiempo o los temas tan extensos, se cae en el tradicionalismos, en vaciar información o en plantear cuestionamientos escritos sin reflexión.
Cuando se hace al alumno partícipe de actividades donde es él mismo el desarrollador de los sucesos históricos, se observa mayor interés y agrado por conocer y dar a conocer sucesos y su trascendencia, haciendo el aprendizaje significativo, pues el alumno se apoya en varios referentes adquiridos durante su proceso de aprendizaje, que le permiten relacionar y recordar hechos, personajes, fechas, y no solo eso también se crean una opinión propia de cada acontecimiento.
Las escuelas cuentan con algunos materiales didácticos para el desarrollo de la historia, como: los libros de las bibliotecas escolar y de aula, mapas, cromos y en algunos salones el equipo de enciclomedia (5o|. y 6o) pero sería de gran apoyo para todos los grados poseer las TIC. Esto haría y obligaría a quienes por miedo o desinterés, no han hecho de las TIC, una herramienta indispensable para mejorar el aprendizaje.
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